Juan Bautista Juan por encima del cromatismo ideológico

lun, 27 de abril de 2015
Opinión de M. Castejón. Secretario Local.

Hemos entrado ya en las últimas cuatro semanas antes de la cita del 24-M. Se ha procedido ya a la proclamación de las Candidaturas y conocemos a los distintos equipos con los que las 10 formaciones políticas concurren a las elecciones en Vinaròs. A nivel autonómico, son  20 Partidos y/o Agrupaciones por la circunscripción de Castellón. Una cromática oferta ideológica de lo más variado que recorre todo el espectro ideológico de izquierda a derecha. Una oferta que se ve aumentada a nivel municipal  con respecto a otros comicios con una variadísima representación ciudadana. Toda una amalgama de siglas y nombres, conocidas unas y desconocidos lo otros.

La cita con las urnas se acerca y el ciudadano prepara su periódica convocatoria en un ambiente desnaturalizado por un ruido mediático perfectamente diseñado, que ha buscado y sigue intentando criminalizar al Partido Popular, prácticamente por todo desde la batalla de Almansa.

En Vinaròs, a pesar de las 10 candidaturas, los vinarocenses son conscientes y distinguen perfectamente el camino que hemos recorrido juntos y que nos ha llevado a poder disfrutar hoy en día de un régimen democrático que nos permite decidir quién y cómo debemos gobernarnos. Una reafirmación constatada por el gran trabajo, total dedicación y buenos resultados, de quien con sus errores y aciertos, desde la dedicación más absoluta podemos afirmar con toda la rotundidad que ha sido un buen alcalde y que Vinaròs se merece que continúe cuatro años más por el bien de todos los vinarocenses. Dentro de cuatro años será el momento que otra persona pueda dirigir y gestionar el gobierno municipal. Hoy por hoy, Juan Bautista Juan, es la mejor opción. Por su experiencia, su dedicación, su rigor, responsabilidad y sentido común al afrontar y solucionar todas las situaciones difíciles que han surgido en estos cuatro años, pero también por su ilusión, entusiasmo y ganas desmedidas en concluir un proyecto que nos parece ambicioso pero realizable, en donde se prioriza por encima de todo el mejorar las condiciones de vida y el bienestar de todos los vinarocenses.

Es hora de que el vinarocense efectúe una serena reflexión, sobre todo aquello que directamente le afecta y que ahora está en juego. Debe buscar esa difícil abstracción de un entorno excesivamente convulso, y debe plantearse una serie de cuestiones que reivindiquen su verdadero protagonismo en la fiesta de la Democracia. Las 10 candidaturas presentadas en nuestro municipio representa una variada oferta electoral que debe ser analizada desde la objetividad, evaluando pros y contras de los anuncios y ofertas que posteriormente deberán plasmarse en acciones de gobierno, de ahí la importancia de prestar atención a los distintos programas, porque por mucho que digan, los programas están para cumplirlos. Y ahí es donde empiezan a flaquear aquellas opciones que desde el populismo y la demagogia ofrecen un modelo sustentado en un Estado salvífico que anula al individuo y lo suplanta. Y también, aquellas que hacen de la equidistancia, una estrategia de camuflaje ideológico para confundir al elector con cantos de sirena que difuminan intereses ocultos por descubrir. Es hora de presentar balances para que el ciudadano verifique el coste de oportunidad de su decisión. Una prueba de fuego de la que pocos se salvan y que representa esa otra cara de las políticas públicas, la rendición de cuentas.

El horizonte electoral en Vinaròs presenta un cromatismo ideológico enriquecido con la presencia de nuevos actores que buscan su espacio en el revuelto río en que se ha convertido la política nacional y autonómica. Unas aguas revueltas, en las que algunos buscan la recompensa a su constante campaña de acoso y derribo al Partido Popular, tras participar de la ceremonia de la confusión perfectamente diseñada en la que han sumido a buena parte del electorado. Se ha abierto la veda del todo vale, la carga de la prueba ha quedado relegada por el “difama que algo queda”. Una campaña que viene a demostrar la inquietud y debilidad de una Izquierda que no ve claros los números que con tanto arrojo lanzan desde sus tribunas demoscópicas. Se acerca la fecha y sus temores, bien difuminados por el circo mediático, confirman que esa mayoría silenciosa sigue latente a la espera de una decisión que podría romper las previsiones de sus oráculos. Se juegan mucho y no sería rara una desesperada reacción de última hora.

Frente a todo ello, la seriedad, la constancia, la garantía de un buen gobierno ya contrastado con la entereza de un buen alcalde como es Juan Bautista Juan, que ha hecho suyo el viejo dilema de Hamlet: decidir si es más noble resignarse a las adversidades de la vida o hacerles frente y terminar con ellas, afrontando esta tormenta mediática con la determinación de que el servicio a Vinaròs y a los vinarocenses está por encima de los intereses de partido, desde la lealtad institucional y garantizando una estabilidad que otros siguen socavando. No es tarea fácil, pero la recompensa para que Vinaròs siga mejorando, merece la pena

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